El Verano
Atascos, prisas, sudor, gritos, olores, gente, desesperación, calor, vapor, prisas, Málaga, Córdoba, Jaén, Sevilla, Granada, verano, exhausto, cansancio, agobio... ¿cuántas palabras existen para poder describir esta estación estival? Acostumbrado a 60.000 almas vagando por las calles durante 9 meses para que 3 de ellos se conviertan en 200.000 animas que siguen su camino hacia la playa, a disfrutar de unas vacaciones supuestamente merecidas.
¿Merece la pena hacer tanto viaje para un disfrute tan pequeño?
Aparcamientos, sitio, bares, pescado, turismo, dinero, capitalismo, sociedad corrupta, vandalismo, delincuencia, seguridad, prepotencia, superioridad, inmigración, emigración, legalidad, xenofobia, reproches, peleas, borrachos, vasos, motos, cascos... No paramos de ver como las personas pasan delante nuestra a cámara rápida para coger el mejor sitio de cualquier parte, da igual de donde sea, pero lo mejor siempre es lo mejor.
Mendigos de alcohol, necesitados de la noche, melancólicos de la fiesta, anhelosos de las drogas, ayudantes del vicio, compasivos del sexo, transmisores de lo oculto, reveladores de secretos, nocturnos de luces artificiales, vampiros de la música, asesinos de lo humano, conversores de personalidad.
Todos se aprovechan de nosotros, y a nadie le importa nuestro futuro. Vienen, ensucian nuestras mentes y enturbian los pensamientos preciosos del invierno. Dejan escapar todo su mal interior para dejar rastro de que han venido y lo expresan en papeleras, cristales, coches, espejos, escaparates, bancos, parques, playa....
¡¡Oh!! la playa, lugar de multitudes, sitio de reuniones de personajes ajenos al paisaje, cercanía al agua de vida, origen de la vida que nos reúne, olor a vida, a vida, a vida..., sensación de almizcle y miel en las noches de marea de sangre, luna llena escalando las paredes de espacio negro, infinidad de estrellas que observan nuestra cotidiana vida de Bellas Durmientes. Vampiros que vagan de lugar en lugar buscando el mejor precio para saciar su sed.
El Verano, esas fechas de disfrute
¿Merece la pena hacer tanto viaje para un disfrute tan pequeño?
Aparcamientos, sitio, bares, pescado, turismo, dinero, capitalismo, sociedad corrupta, vandalismo, delincuencia, seguridad, prepotencia, superioridad, inmigración, emigración, legalidad, xenofobia, reproches, peleas, borrachos, vasos, motos, cascos... No paramos de ver como las personas pasan delante nuestra a cámara rápida para coger el mejor sitio de cualquier parte, da igual de donde sea, pero lo mejor siempre es lo mejor.
Mendigos de alcohol, necesitados de la noche, melancólicos de la fiesta, anhelosos de las drogas, ayudantes del vicio, compasivos del sexo, transmisores de lo oculto, reveladores de secretos, nocturnos de luces artificiales, vampiros de la música, asesinos de lo humano, conversores de personalidad.
Todos se aprovechan de nosotros, y a nadie le importa nuestro futuro. Vienen, ensucian nuestras mentes y enturbian los pensamientos preciosos del invierno. Dejan escapar todo su mal interior para dejar rastro de que han venido y lo expresan en papeleras, cristales, coches, espejos, escaparates, bancos, parques, playa....
¡¡Oh!! la playa, lugar de multitudes, sitio de reuniones de personajes ajenos al paisaje, cercanía al agua de vida, origen de la vida que nos reúne, olor a vida, a vida, a vida..., sensación de almizcle y miel en las noches de marea de sangre, luna llena escalando las paredes de espacio negro, infinidad de estrellas que observan nuestra cotidiana vida de Bellas Durmientes. Vampiros que vagan de lugar en lugar buscando el mejor precio para saciar su sed.
El Verano, esas fechas de disfrute
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