El ruido del silencio

Ya se puede aparcar en las calles de mi ciudad. Hileras de monstruos de metal que no dejaban espacio ni para que circulara la luz, han desaparecido porque emigraron a su tierra de siempre. Con la ida de ayer del verano, vuelven sonido que durante el estío consiguieron desaparecer de nuestras mentes, como el sonido del silencio, porque como dice mi maestre Michael Cretu : “Silece must be hear” (El silencio debe ser escuchado)
Si escuchásemos un poco más al silencio nos daríamos cuenta de todas esas cosas que pasan a nuestro alrededor cada día y que no le damos importancia. Cosas como el caer del agua, el rugir del viento, y el llanto de la luz que nos inunda con sus lágrimas de calor... el silencio debe formar parte de nuestras vidas: Saber hacer el silencio cuando se necesita. Romper el silencio con más silencio. Silenciar al silencio cuando sea necesario. Rogar al silencio que silencie nuestros silenciosos pensamientos en nuestra silenciosa cabeza.

Ya decía alguien por ahí que “si lo que vas a decir no es más bonito que el silencio, no lo digas”

Así que calla. Aprende a escuchar. Aprende a respetar el ruido del silencio. El bosque de callar no hace daño a nadie, y en medio de ese bosque callado podremos encontrar las cosas más bonitas de nuestro corazón, ocultas bajo un manto de vil ruido.